sábado, 18 de julio de 2009

Antepasados

Bautizado con el explícito nombre de Manipulator, el primer masajeador vibrante clitoridiano se fabricó en Inglaterra a mediados de 1870. Era, básicamente, una tosca mesa de madera con un agujero en medio para encajar la pelvis femenina, a la que se aplicaba una esfera vibrante conectada a una máquina de vapor. Pero, aunque funcionaba, seguía siendo un aparato costoso y engorroso.

En la década de 1880, un médico inglés llamado Joseph Mortimer Granville desarrolló el primer vibrador con forma fálica, una máquina de efectos milagrosos, cuyo único problema era su tamaño industrial. La paciente se tumbaba en un diván y el doctor le aplicaba el vibrador electromecánico en la entrepierna, consiguiendo un orgasmo en unos 10 minutos, más o menos.

La empresa Weiss no tardó en fabricar en serie estos instrumentos, reduciendo su tamaño y modificando sus "tripas" para ponerlos en marcha mediante baterías, pedales, manivelas y, finalmente, corriente eléctrica.

La vibración, que iba de 1.000 a 7.000 pulsaciones por minuto, “curaba” hasta a las "histéricas" más recalcitrantes. Los aparatos se fabricaban en serie y se vendian como churros a través de revistas o por prescripción médica.

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